Empezamos con la idea de hacer la estructura del exoesqueleto como un árbol de Fibonacci, que es un modelo matemático que describe la forma en la que se bifurcan las ramas de las plantas.
Tratamos de programarlo en Grasshopper y fracasamos. Así que dibujamos varias redes en AutoCAD y envolvimos los volúmenes (el original y un cilindro un poco más grande) con el dibujo.
Descubrimos que si la estructura tenía sólo una capa, si sólo era un plano que envolviera un volumen se rompería muy fácilmente. Así que generamos una especie de estrellas en Grasshopper, a partir de dividir la superficie del volumen de adentro en una cuadrícula de 10 x 10 y conectar estos puntos con los puntos más cercanos en el cilindro exterior.
A partir de eso, conectamos en diagonal todos los puntos de adentro con los de afuera. Primero, lo hicimos en un sentido, alternando entre los de adentro y los de afuera; luego, en el otro sentido con todos los de adentro juntos y todos los de afuera juntos.
Hicimos pipes en cada polilínea, y se generó una estructura tridimensional que toca el suelo sólo con unas patitas, todas distribuidas sobre una circunferencia.
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